domingo, 8 de abril de 2012

¿Multitudes?


¿Multitudes?


"... y le siguió gran multitud de Galilea. Y de Judea, de Jerusalén, de Idumea, del otro lado del Jordán, y de los alrededores de Tiro y de Sidón, oyendo cuán grandes cosas hacía, grandes multitudes vinieron a Él."
Marcos 3:7-8.



     Cuando decidimos seguir a Jesús decidimos hacerlo con todo, y no tan solo con los recuerdo, ni por una fecha especial, ni simplemente de los dientes para afuera, sino que: "Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento." (Marcos 12:30). En definitiva debemos caminar junto a Jesús y así lo hacemos y lo seguiremos haciendo.
La biblia dice en Juan 14:6 que no hay otro camino verdadero que no sea Jesucristo, lo siguieron multitudes de personas y ahora también nosotros, así como muchas personas lo siguen. 


Son muchos los motivos del por qué multitudes caminaban junto a Jesús, uno de los grandes motivos era solo porque escuchaban su voz y sabían de inmediato que Él era el Mesías, el Buen Pastor. Jesús no decía "por favor siganme" o "ponganme atención", si no, que lo escuchaban e iban tras Él, así como dice (Juan 10:27) "Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen".





 Jesús vino a establecer el Reino de Dios en la tierra y no era un hombre que buscaba las multitudes, no era un hombre que quería ser visto, no tenía que tener un púlpito para predicar, ni buscaba micrófonos o amplificaciones para hablar del Reino... al contrario, a medidas que caminaba conversaba con las personas y les enseñaba, compartía con las familias en las casas (Lucas 10:38), comía con sus discípulos (Mateo 26:26), etc.
   
      Hoy en día pareciera que precisamos de mucha gente para predicar el Evangelio de Dios, buscamos tener un buen escenario, con luces y la mejor amplificación, buscamos el momento en la congregación para pedir un día en la semana para predicar desde el púlpito y el diablo te hace pensar que dependes de eso y que es muy importante para tu ministerio, y como ese momento que buscas no llega, y si más aún "te gustan" las multitudes y los escenarios con luces potentes, decides predicar en otras congregaciones y buscar eventos importantes para ser reconocido.

       Al buscar el reconocimiento de la gente, se manifiesta en ti un espíritu de rechazo que hace que busques los alagos de los demás hacia ti, como los aplausos, palabras positivas, aumentar tu ego, entre otros. No dejes que el diablo destruya los proyectos que el Padre tiene contigo; recuerda que el diablo el único poder que tiene es el que tú permites que el tenga sobre ti.


     Nunca busques las multitudes para predicar del Reino de Dios, ni los escenarios, ni las luces, ni los micrófonos, ni los eventos... Deja que el Padre te honre en Su momento, no en el tuyo. Jesús no buscaba momentos especiales para evangelizar, si no que el evangelizar era su estilo de vivir; así mismo haz que el Reino de Dios sea revelado en tu vida primero y por lo que ven en ti las multitudes llegarán a tu lado (Mateo 12:46), por tu forma de vivir, y no llegarán porque buscas estar frente a ellas... Dios te honrará.





Joel Medina.